Si tu pareja aún no te ha hecho la gran pregunta y se está tomando demasiado tiempo para hacerlo, ¡éste es tu gran año! ¡Es año bisiesto!
Descúbrelo por qué.
Pero… ¿qué es un año bisiesto?
Todos sabemos que el año solar tiene aproximadamente 365.2422 días, pero ningún calendario compuesto de días enteros podría igualar tal cifra. Si siguiésemos con el uso de un calendario anual de 365 días las estaciones comenzarían en períodos diferentes del año. ¡Imaginen por ejemplo en el hemisferio norte que el invierno empiece en junio o julio!
Año 46 AC, un año de confusión
Para el año 46 AC el calendario lunar romano había divergido unos tres meses, a pesar de las irregulares modificaciones de aumentar días o meses al mismo.
Julio César decide basarse en el calendario egipcio que data del siglo III AC, cuyo sistema establece años bisiestos cada cuatro años.
Así que en el año 46 AC, Julio César decreta un “año de confusión” de 445 días para corregir de una sola vez todos los desfaces. Luego se aplicaría un año bisiesto cada cuatro años.
Pero ¿por qué debe ser cada cuatro años?
Desde el año 46 AC hasta el siglo XVI, hubo un desface de 10 días que incomodó al Papa Gregorio XIII, pues modificaba las fechas de las festividades cristianas. Tal desface surgió al agregar un día adicional cada cuatro años, cada año tiene 365 días y cuarto, lo que en realidad son 11 minutos más que la órbita de la Tierra.
Así que, en el año de 1582, el Papa Gregorio XIII decide sacar 10 días al mes de octubre y además de establecer la regla de fin de siglo para mantener alineados los meses y las estaciones.
Los años de fin de siglo deben ser divisibles por 400 para ser un año bisiesto. Entonces, si bien 2000 fue un año bisiesto, 1900 no lo fue y 2100 tampoco lo será. Este sistema mantiene el compás del calendario.
Una antigua tradición…aún viva y 💕muy romántica 💕💕
En Irlanda, el día 29 de febrero, “Día Bisiesto” es también conocido como “Día del Soltero” o “Día del Privilegio de las Damas”. Aunque actualmente las mujeres pueden proponer matrimonio a su enamorado cuando quieran, no siempre fue así.
Según la leyenda, en el siglo V, Santa Brígida, a nombre de todas las mujeres que esperaban por mucho tiempo de su amado la propuesta de matrimonio, llegó a un acuerdo con San Patricio. El Santo accedió a que se les permita a las mujeres proponer matrimonio cada año bisiesto.
Para el siglo XIX dicha tradición estaba muy establecida, así como algunos requerimientos si el amado rechazara dicha propuesta. Si decía que “no”, debía comprar a la proponente guantes, o un vestido de seda, o un abrigo de piel, y tal vez hacer un poco de malabarismo durante el domingo de Pascua.
Esta romántica tradición irlandesa se extendió a Escocia, Finlandia, los Estados Unidos y en Dinamarca, en donde si el amado rechazara la propuesta deberá comprar a la proponente 12 pares de guantes para esconder sus dedos de la vista de los demás, por la falta del anillo de compromiso.
Nuestra tía Angustias sugiere que ante la propuesta rechazada por lo menos se le exija un Ferrari…algo un poquito más caro que los guantes de seda. ¿Qué opinan? Para pedir, pedimos ¿no? 🤭
¿Te animarías a proponer matrimonio a tu pareja este 29 de febrero? El próximo paso se lo confías a nuestro taller para hacer tus invitaciones soñadas. Puedes echar un vistazo a nuestras colecciones en este link elcastillodeana
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