La palabra “adviento” viene del latín “adventus” y significa “venida” o “llegada”. Representa para los cristianos el período de Adviento, la preparación para la Navidad.
A finales del siglo XIX algunas familias protestantes de Alemania marcaban con tiza, sobre la madera, una línea por cada día de diciembre hasta el día de Navidad.
Otras tradiciones se refieren a pequeñas imágenes que colgaban en la pared, una por cada día de diciembre hasta Navidad, o disponían sobre una mesa una guirnalda con 24 velas.
Para los primeros años del siglo XX, de acuerdo con el Landesmuseum en Austria, el primer Calendario de Adviento fue producido en Hamburgo en 1902, por un hombre protestante propietario de una librería. Pero hay otra historia, la de un niño llamado Gerhard Lang a finales del siglo XIX, en Alemania.
La madre de Lang pegaba 24 pequeños dulces en una cartulina cuadrada para que su hijo los comiera uno por uno durante el período de Adviento. Esta idea permaneció con Lang durante toda su juventud. Ya adulto se asoció con su amigo Reichhold y abrieron una imprenta. En 1908 produjeron lo que se piensa fue el primer Calendario de Adviento impreso con 24 imágenes. Unos años después introdujeron las pequeñas puertitas sobre cada imagen.
Este primer calendario estableció el molde para aquellos que conocemos el día de hoy.
El negocio de Lang finalizó a fines de 1930, pero su idea fue seguida por la imprenta Sankt Johannis, quien comenzó a producir calendarios religiosos, con versículos de la Biblia en vez de pequeñas imágenes detrás de cada puertita.
La producción de calendarios en ese entonces se detuvo debido al racionamiento de papel y sus derivados durante la Segunda Guerra Mundial. Para el año de 1946, cuando el racionamiento comenzaba a desaparecer, un impresor alemán llamado Richard Sellmer reintrodujo los Calendarios al mundo occidental y así se convirtió en una tradición navideña más.
El primero de diciembre de cada año, los niños alrededor del mundo esperan impacientes e ilusionados abrir la primera puertita del Calendario para encontrar una pequeña imagen, un dulce o algún regalito. Es una buena forma didáctica para enseñarles los detalles que sucedieron hasta el nacimiento de Jesús, además que es la mejor manera de calmar las ansias de los niños hasta el día de Navidad y la apertura de regalos. Para los adultos es algo extraordinario crear en los niños esa ilusión de que cada día se realizará una actividad diferente o habrá una sorpresa dentro de ese Calendario.
Hoy en día encontramos diferentes modelos del Calendario de Adviento, con cajoncitos o bolsillos para poner dulces o regalos, con imágenes alusivas al Nacimiento de Jesús, o una sola imagen con varias puertitas representando la cuenta de los días hasta el día de Navidad.
En “El Castillo de Ana”, nuestros Calendarios de Adviento son hechos a mano, en materiales nobles, con originales diseños e imágenes vintage que nos recuerdan a nuestra niñez. Además de inculcar buenas acciones en los más pequeños, éstos se pueden ser utilizados año tras año.
Ofrecemos las dos opciones en Calendarios, con versículos de la Biblia, o con actividades para hacerlas con la familia para que los niños se involucren, aprendan a ser solidarios y sean un ejemplo en esta época especial, donde una ayuda pequeña hace una diferencia muy grande. Conoce nuestra colección de Calendarios de Adviento, haz clik aquí.
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