Los millennials que todo lo hacen en línea: sus estudios, las compras de comida, ropa, regalos, accesorios, recetas de cocina, pedir un taxi, una firma de peticiones, apoyo a acciones en pro del medio ambiente, citas amorosas, videollamadas, videos de fitness, videojuegos, su agenda y más apps.
Y a pesar de que todo lo hacen a través de una pantalla, son quienes están rescatando una de las tradiciones más antiguas de la Navidad de 180 años; gracias a ellos las ventas de artículos de tarjetería de papel repuntaron en los últimos años.
Quizás es precisamente por ello, su vida está tan llena de pantallas que para expresar algo tan importante en sus vidas siempre buscan lo artesanal, hecho por una persona que ha dedicado mucho tiempo y su creatividad para hacer tarjetería diferente y atractiva, algo que crea una conexión con sus emociones.
DIFERENCIA DE GENERACIONES
A diferencia de los baby boomers, los millennials no necesitan un pretexto o cierta temporada del año para enviar tarjetas físicas; lo hacen porque lo sienten y en cualquier día del año. También procuran encontrar un estilo vintage, algo que está en tendencia, lo que ha hecho incrementar las ventas tanto de discos de vinyl -a pesar de la música en streaming, así como de los libros de cubiertas duras -a pesar del Kindle.
Los millennials envían más cantidad de tarjetas de papel en comparación con una generación anterior. Prefieren enviar tarjetas reales, escritas a mano, de aquellas que se guardan en un sobre de papel y se sellan para enviarlas por correo o por courier.
TARJETAS DE PAPEL EN CIFRAS
Según el reporte de mercado de la Greeting Card Association, sólo en el Reino Unido se envía 1 billón de tarjetas navideñas cada año. Increíblemente más del 90% de aquellas tarjetas se venden en tiendas físicas, no a través de internet.
En Estados Unidos se vendieron 6.5 billones de tarjetas el año 2020, el 20% de esa cifra fueron tarjetas navideñas.
El USPS (United States Parcel Service) registró un aumento de 44 millones de tarjetas de toda ocasión gracias a los millennials, y esta cifra se ha incrementado durante el encierro de la pandemia.
Para nuestro taller “El Castillo de Ana” y la línea de tarjetería de estilo vintage estas cifras no fueron una novedad. Un incremento de ventas se experimentó los años anteriores con pedidos de tarjetas navideñas personalizadas, para familias, amigos y empresas.
Durante la pandemia y el encierro el deseo de estar más cerca de los seres queridos se convirtió en una imperiosa necesidad. La temporada navideña no es la única, pero es la mejor época para expresar amor, comunicar afectos, reunificar familiares, solidificar amistades, pedir perdón y perdonar; y estos deseos enviados a través de una tarjeta hecha a mano con tanta dedicación y esmero no se compara con las fabricadas masivamente.
EN BUSCA DE LA DIFERENCIA
Los millennials buscan un “estilo boutique” en tarjetería, es decir un diseño único y original, de una mínima cantidad de producción. Además de la importancia del diseño, una atención personalizada y no a través de un algoritmo es en lo que nuestro taller “El Castillo de Ana” se especializa. Siguiendo nuestra política de sustentabilidad, se elaboran los productos únicamente bajo pedido, para evitar al mínimo el desperdicio y reducir la huella en el planeta. Nuestro taller está comprometido con el medio ambiente y más conectado con el cliente.
Esa suerte de atención personal es la que buscan los millennials, al igual que en la elección de invitaciones de boda que también ofrecemos en nuestro taller. Las parejas necesitan orientación para lo que será su primera carta de presentación. Los catálogos que se les presenta son extensos porque contienen algunos estilos y tendencias, pero con una dedicada y cariñosa ayuda en la guía de la papelería las parejas alcanzan su anhelado objetivo y pronto disfrutan de un gran alivio al ver un tema menos del qué preocuparse en su larga lista de pendientes de boda.
A la hora de escoger invitaciones o tarjetería los Millennials se decantan por el talento local, con un minucioso cuidado a los detalles, hecho a mano con dedicación, que sean productos sostenibles y con una atención personalizada; lo que garantiza un producto original, bello y que transmite calidez a través del papel y las palabras; importantes características que nuestro taller “El Castillo de Ana” ofrece y...¡¡gracias Millennials!! elcastillodeana
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